Rodrigo Paz y Alto Mando Policial
Foto: APG

Posesión del Alto Mando Policial marca un punto de quiebre en la disputa con Lara

El Post

Lo esencial: El presidente Rodrigo Paz posesionó ayer a Mirko Antonio Sokol como nuevo comandante general de la Policía, junto a un renovado Alto Mando, en un acto sin la presencia del vicepresidente Edmand Lara.

Por qué importa: El cambio cierra un conflicto interno en la institución policial y revela una disputa sobre los límites del rol del Vicepresidente en el nuevo gobierno.

El problema de fondo: La controversia se originó en una sentencia de una Sala Constitucional del Beni, que ordenó que el ex comandante de la Policía, general Augusto Russo, deje el cargo.

  • Sin embargo, el fallo se convirtió en punto de presión política cuando Lara lo usó para exigir la destitución del Comandante, días después de haber asumido la Vicepresidencia.

La estrategia de Lara: El Vicepresidente trasladó el conflicto al espacio mediático y luego al escenario internacional, declarando en la COP30 en Brasil que la Policía estaba atravesada por redes delictivas. 

  • Su protagonismo desató cuestionamientos sobre si estaba excediendo sus funciones y tensionó la coordinación interna del Ejecutivo.

Qué dicen: Las posiciones encontradas marcaron el debate.

  • Lara declaró en la COP30 que la Policía estaba atravesada por redes delictivas.
  • Russo defendió la legalidad de su permanencia subrayando que solo un Decreto Supremo podía removerlo.
  • La institución policial criticó a Lara por generalizar en sus declaraciones.

Entre líneas: El episodio dejó en evidencia la coexistencia de un vicepresidente con fuerte exposición pública y un Presidente que mantiene el control formal de las decisiones estratégicas. 

  • La intervención de Lara aceleró el debate sobre su grado de influencia y anticipó tensiones futuras sobre el alcance de su rol como operador político.

Qué sigue: Con el nombramiento de Sokol, el Ejecutivo presenta el cambio como el inicio de un proceso de reorganización institucional en la Policía. 

  • El alcance de esas reformas dependerá de la capacidad para mantener coordinación entre las máximas autoridades del Estado y evitar que las disputas internas se trasladen nuevamente al espacio público.

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