Amparo Carvajal, la guardiana de la azotea
El Post
Lo esencial: Una mujer de 84 años subió a la azotea de la sede tomada de la APDHB el 12 de julio de 2023, transformando ese techo frío en un bastión de resistencia.
- Amparo Carvajal mantuvo una vigilia de 52 días soportando el invierno paceño sin servicios básicos, denunciando el avasallamiento a la sociedad civil y la usurpación de la legitimidad democrática.
Por qué importa: Su figura frágil, pero firme, se convirtió en símbolo nacional contra el abuso de poder, exponiendo cómo el ataque a la APDHB significó para muchos bolivianos la clausura de uno de los pocos espacios donde aún podían buscar justicia.
- “La democracia es respetar al otro”, dijo entonces, mientras desafiaba amenazas y silencios.
Los orígenes: Nacida en León, España, Amparo se formó como profesora y monja, llegando a Bolivia movida por su vocación de servicio. Fundó el Colegio Fernando Bravo y dejó huella en generaciones de estudiantes durante más de medio siglo de docencia en el país.
- Nunca recibió jubilación pese a sus más de 50 años como profesora.
- Trabaja en la APDHB sin percibir sueldo alguno.
- Su guía espiritual es Jesús, de quien adopta la idea del amor universal y el deber de servir.
La toma de la sede: El 2 de junio de 2023, un grupo de unas 50 personas liderado por Edgar Salazar, vinculado al MAS, irrumpió en la sede de la APDHB tras organizar un “congreso” para proclamar una directiva paralela.
- Expulsaron al personal y sustrajeron documentos sensibles.
- Pusieron en riesgo la seguridad de víctimas y testigos.
- La policía custodiaba la sede para impedir el ingreso de los legítimos directivos.
La vigilia heroica: Ante la inacción estatal, Amparo inició una vigilia que duraría 52 días, doce de ellos en la azotea del edificio.
- Su presencia allí denunciaba de manera pacífica pero contundente la usurpación, y la imagen recorrió el país confirmando el carácter simbólico de su lucha.
Entre líneas: Carvajal es descrita como una mujer menuda e inquieta, apoyada en un bastón que parece acompañarla más que sostenerla.
- De gustos simples —papa frita con huevo— y de humor político —”el Evo me arruinó el azul”—, su convicción democrática nace del principio irrenunciable de respetar al otro.
La victoria: Tras más de dos años de resistencia jurídica, moral y simbólica, el jueves 20 de noviembre, el presidente Rodrigo Paz Pereira devolvió las llaves de la institución a Amparo, que lo recibió en silla de ruedas.
- “No es la casa de Amparo, es la casa de ustedes”, dijo con su habitual humildad.
- La restitución representó la recuperación de la institucionalidad y el cierre de una herida para la sociedad civil.
Su imparcialidad: La defensa de Amparo nunca ha respondido a banderas políticas, sino a principios universales. En las puertas de la APDHB conviven madres de policías sancionados por un gobierno y víctimas de tortura de otro. Su activismo demuestra que los derechos humanos no tienen color.
Casos Emblemáticos Defendidos
La siguiente tabla demuestra el principio fundamental que rige su activismo: la defensa de los derechos humanos es universal y nunca debe subordinarse a la ideología política. Su trayectoria es la prueba de su imparcialidad.
Esta trayectoria de defensa imparcial es la que consolida a Amparo Carvajal como un verdadero pilar de la sociedad civil y un ejemplo a seguir.
El legado: A sus 86 años, Amparo Carvajal se ha convertido en un referente moral para una sociedad polarizada.
- Su vida prueba que la resistencia pacífica puede enfrentar la injusticia y que la coherencia en los principios sostiene la democracia.
- Su figura no es solo la de una guardiana en una azotea: es la de una guardiana de la dignidad y la esperanza en Bolivia.
