El Post

Lo esencial: Venezuela enfrenta un momento de alta tensión internacional marcado por tres frentes simultáneos —militar, aéreo y diplomático— que han reducido su margen de maniobra regional y global.

La combinación de despliegues militares, restricciones en el espacio aéreo y pérdida de aliados configura un escenario que redefine su posición en el Caribe.

Por qué importa: La combinación de presión militar estadounidense, restricciones aéreas que afectan a 15.000 personas semanales y el aislamiento diplomático creciente coloca a Venezuela en una situación delicada con impacto regional, donde un movimiento inesperado podría modificar el equilibrio geopolítico del hemisferio.

Frente militar: La presencia militar de Estados Unidos en el Caribe es el elemento más visible del actual escenario.

Más de una docena de buques, aviones de combate y unos 15.000 soldados desplegados.

Washington afirma que se trata de una operación contra el narcotráfico.

Caracas sostiene que se enfrenta a un “casus belli” similar al empleado en otras intervenciones.

Confirmación de una llamada telefónica entre Donald Trump y Nicolás Maduro introduce incertidumbre.

Frente aéreo: El control del espacio aéreo se ha convertido en un instrumento central de presión tras una advertencia de la FAA sobre riesgos operativos.

Caracas otorgó el lunes de la semana pasada 48 horas a las aerolíneas para reanudar vuelos. Cumplido el plazo, revocó los permisos de seis compañías: Iberia, TAP, Latam Colombia, Turkish Airlines y Golta..

La suspensión afecta a unas 15.000 personas por semana según IATA.

Proceso de reducción iniciado hace una década: control de divisas (2014), salida de aerolíneas (2017), suspensión de vuelos desde EEUU (2019), restricciones pandémicas (2020).

Frente diplomático: El mapa regional ha cambiado de forma sostenida, dejando a Venezuela con menos aliados.

Argentina pasó de la cooperación a la confrontación política.

Brasil mantiene una relación más distante que en el pasado.

Ecuador y Bolivia: cambios de gobierno revirtieron alianzas anteriores.

Honduras: con el triunfo de la oposición se anticipa un giro en la relación bilateral.

Caribe: el fin del mandato de Ralph Gonsalves en San Vicente y las Granadinas retiró un apoyo clave.

Los apoyos más constantes provienen de Cuba y Nicaragua, aunque con capacidades limitadas.

Qué dicen: Las reacciones regionales muestran preocupación compartida pero enfoques diversos.

Gustavo Petro (Colombia) atribuye la crisis venezolana a la falta de diálogo.

Lula da Silva manifestó preocupación por el despliegue estadounidense y anunció que buscará dialogar con Trump.

Claudia Sheinbaum reafirmó el principio de no intervención.

Varios gobiernos latinoamericanos han cuestionado al gobierno de Maduro pero rechazan una intervención militar.

La conclusión: El escenario actual depende de las decisiones que adopten tanto Caracas como Washington, en un contexto donde la presión militar se combina con una estrategia de aislamiento logístico basada en el cierre del espacio aéreo.