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Lo esencial: En entrevista con Amalia Pando, el ministro de la Presidencia, José Luis Lupo, delineó las prioridades del nuevo gobierno, como el ajuste inminente a la subvención de los carburantes, descartando un esquema de precios diferenciados porque fomenta “una corrupción imposible de controlar”.

Plantea reformas institucionales urgentes y una postura firme frente al expresidente Evo Morales, con quien “no hay nada que negociar”.

Por qué importa: El Gobierno define su hoja de ruta centrada en la reinstitucionalización del país y decisiones económicas cruciales como el fin de la subvención a los carburantes, que el Ministro califica como indispensable para reducir el déficit fiscal.

La administración marca distancia total con Morales, a quien señala con “cuentas pendientes con la justicia”.

La posición sobre Morales: Lupo afirmó que el Gobierno no dialogará ni negociará con el expresidente, a quien señaló como una persona con “cuentas pendientes con la justicia” por hechos que, dijo, no son de carácter político.

La invitación de Morales a reunirse en Chapare fue respondida por el presidente Paz con un “venga usted a La Paz”.

El Ministro rechazó cualquier fórmula que intercambie “paz social” por impunidad.

Sostuvo que quienes amenacen la paz deberán enfrentar consecuencias legales.

Las reformas institucionales: El Gobierno busca “reinstitucionalizar el país” a través de una agenda legislativa con prioridades específicas.

Elección meritocrática de vocales del Tribunal Supremo Electoral.

Resolución del caso de magistrados prorrogados del Tribunal Constitucional.

Fin de los interinatos en instituciones clave como el Banco Central, la Contraloría y YPFB.

Cierre del Ministerio de Justicia como muestra del nuevo enfoque gubernamental.

El ajuste económico: El Ministro anticipó que el ajuste a la subvención de los carburantes no tardará meses y lo calificó como indispensable.

Señaló que las principales fuentes del déficit fiscal son el subsidio, las empresas públicas deficitarias y el exceso de burocracia.

Descartó un esquema de precios diferenciados porque fomenta “una corrupción imposible de controlar”.

Reconoció que habrá impactos, pero advirtió que no actuar agravaría la inflación y el deterioro económico.

Coordinación interna: Sobre las tensiones públicas con el vicepresidente Edmand Lara, Lupo aseguró que la coordinación institucional se mantiene y que en sus reuniones no se discuten controversias mediáticas, sino la agenda legislativa.

Minimizó las declaraciones de Lara sobre el Presidente en redes sociales y afirmó que ambas autoridades “van a converger en los objetivos” de gobierno.

También dijo que él no es una “cuota” del aliado Samuel Doria Medina, sino una designación directa del presidente Paz.

Cooperación internacional: Respecto a la posible presencia de la DEA, Lupo afirmó que no la ve como una condición política, sino como una agencia más que puede colaborar en la lucha contra el crimen transnacional.

Describió a Bolivia como el “vértice más frágil” de la región debido a su ubicación y debilidad institucional

La conclusión: Lupo concluyó que el nuevo estilo de gestión responde al mandato de las urnas: poner fin al abuso, la persecución judicial y el autoritarismo, y restaurar la institucionalidad democrática.