Abi y Ahora el Pueblo
Ilustración: El Post
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Fin de ciclo: los ajustes llegan también a Abi y Ahora El Pueblo

El Post

Lo esencial: El Gobierno suspendió temporalmente las operaciones de la Agencia Boliviana de Información (ABI) y eliminó la versión impresa del periódico estatal Ahora El Pueblo, que pasará a formato exclusivamente digital. 

  • La decisión responde a la necesidad de reducir el gasto público y marca el fin de un modelo de comunicación estatal basado en la propaganda.

Por qué importa: La medida cierra más de una década de un sistema de medios estatales que priorizó la agenda gubernamental sobre el pluralismo informativo.

  • El nuevo gobierno promete una comunicación “sobria, transparente y libre de lineamientos políticos”.
  • Los analistas advierten que eso no será posible si no se garantiza autonomía real.

Los números: El modelo de comunicación estatal representó un gasto millonario y presuntamente sin transparencia ni justificación de impacto.

  • Solo la impresión de Ahora El Pueblo superó los Bs 3,3 millones en año y medio.
  • Los ejemplares eran comprados mayoritariamente por otras oficinas del Estado.

El problema de fondo: 

  • Según el investigador Rubén Ibáñez, estos medios operaron como “medios del gobierno” y no como “medios del Estado”, con el objetivo de “construir hegemonía discursiva desde el Estado”. 
  • Reporteros Sin Fronteras señala que la distribución discrecional de publicidad institucional generó “fuertes presiones económicas” sobre los medios independientes.

Qué dicen: Las voces oficiales y analistas ofrecen perspectivas contrastantes sobre el alcance del cambio.

  • Carla Faval (vocera presidencial): La decisión es parte de la eliminación de gasto innecesario.
  • Paola Saavedra (economista): Un medio estatal “que no genera ingresos, que no mide impacto y que cuesta millones en impresión es insostenible”.
  • Marcelo Barrientos (analista): “Cerrar el diario en papel no garantiza pluralidad” si el sistema sigue dependiendo del Ejecutivo.

Entre líneas: El Gobierno admite implícita o explícitamente que el modelo de comunicación montado para sostener un relato oficial “no resistió el escrutinio del tiempo ni de las cuentas públicas”. 

Qué sigue: La suspensión de ABI y la digitalización de Ahora El Pueblo buscan un sistema más informativo que propagandístico. Según Barrientos, el verdadero cambio llegará cuando la comunicación estatal sea autónoma, profesional y regida por normas y no por decretos.

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