El Post

Lo esencial: Luis Arce retomó este lunes sus clases de Economía Monetaria en la UMSA, asegurando que “nunca dejó de enseñar” mientras era presidente.

Lo hace una semana después de dejar al país con reservas mínimas, inflación elevada y un sistema cambiario distorsionado —justo los desequilibrios que esta materia busca explicar y prevenir

Por qué importa: Arce no vuelve solo como docente, sino como el principal diseñador del modelo económico de los últimos 18 años.

Su regreso a las aulas reabre la discusión sobre la distancia entre la teoría que enseña, la que se dicta en las principales universidades del mundo y las decisiones monetarias que aplicó en el gobierno.

Los hechos

Arce dictó su clase con solo seis estudiantes presentes.

Afirmó que siempre enseñó durante su gestión, pese a que estudiantes dicen que casi no asistía.

Bolivia terminó su mandato con reservas para pocos días de importación, inflación cercana al 20% y escasez de combustibles.

Qué es Economía Monetaria (y qué se supone que enseña Arce)

En la teoría universitaria internacional —MIT, Chicago, LSE, UBA— la Economía Monetaria se centra en tres ejes:

Cómo se crea y controla el dinero: rol del Banco Central, oferta monetaria, emisión y tasas de interés.

Cómo se mantiene la estabilidad: metas de inflación, reglas claras, disciplina fiscal, independencia del Banco Central.

Cómo evitar crisis cambiarias: reservas sólidas, tipo de cambio sostenible y ausencia de distorsiones.

En síntesis: la materia enseña cómo preservar el valor del dinero y la credibilidad financiera de un país.

La brecha entre la teoría y la gestión:

a. Lo que enseña la teoría monetaria:

La emisión sin respaldo deteriora el valor del dinero.

Los bancos centrales deben operar sin presiones políticas.

Los tipos de cambio artificiales generan mercados paralelos.

b. Lo que dejó la gestión Arce:

Emisión para financiar déficit.

Un Banco Central subordinado al Ejecutivo.

Un tipo de cambio fijo sin condiciones para sostenerlo.

Distorsiones que hoy dañan confianza y liquidez.

El argumento de Arce: “El problema no fue económico, fue político. La Asamblea nos estranguló financieramente”, dijo al insistir en que la falta de créditos detonó la crisis.

Entre líneas: Su regreso a las aulas ocurre cuando Bolivia sufre exactamente los desequilibrios que la Economía Monetaria busca evitar: pérdida de reservas, inflación reprimida, tipo de cambio tensionado y deterioro institucional del Banco Central.

Qué sigue: El nuevo gobierno deberá reconstruir la credibilidad monetaria. Arce enfrenta otro desafío: explicar por qué los principios que enseña no evitaron los desequilibrios que dejó.

Conclusión: Arce vuelve a enseñar Economía Monetaria; la economía boliviana sigue lidiando con las consecuencias de haber ignorado sus fundamentos. La lección pendiente ya no está en clase, sino en la realidad que dejó atrás.