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Lo esencial: El presidente electo Rodrigo Paz asumirá el 8 de noviembre enfrentando tres crisis sociales estructurales: pobreza multidimensional que afecta al 61,2% de la población urbana del eje troncal, informalidad laboral récord del 84,2% y una creciente ola migratoria con remesas que cayeron 10,3% en 2024.

Por qué importa: Estos retos requieren soluciones urgentes tras la crisis económica que deja el gobierno de Arce. El nuevo mandatario propone “capitalismo para todos” con reformas estructurales en descentralización fiscal, formalización laboral y retención de talentos.

Los números de la crisis: Las cifras oficiales subestiman la magnitud real de los problemas sociales que enfrenta Bolivia.

Pobreza extrema monetaria: 11,9% a nivel nacional en 2023.

Pobreza multidimensional urbana: 61,2% en cuatro ciudades del eje troncal (Santa Cruz 66,1%, El Alto 65,5%).

Informalidad laboral: 84,2% en 2024, la más alta de América Latina.

Subempleo: 9,10% en marzo 2025 (mujeres 11,39%, varones 7,02%).

Remesas: $us 1.154 millones hasta noviembre 2024, caída del 10,3% respecto a 2023

El problema de fondo:

El agotamiento del ciclo del gas y la persistencia del modelo rentista debilitaron la economía nacional.

El modelo de “capitalismo de Estado” de los últimos años fracasó en la producción y generó competencia desleal y un clima hostil para la iniciativa privada.

La Fundación Jubileo advierte que la pobreza real podría ser entre 5 y 8 puntos porcentuales más alta que las cifras oficiales al calibrar por inflación acumulada.

El plan de Paz contra la pobreza: El PDC propone descentralización fiscal y reorientación del gasto público.

Redistribución “50/50”: Las regiones administrarán el 50% de los recursos estatales, incluyendo salud y educación.

Priorización social: Salud, educación y bienestar integral como pilares fundamentales.

Austeridad: Recorte de gastos superfluos y optimización de empresas públicas deficitarias.

El plan contra el desempleo e informalidad: Formalización simplificada y reactivación productiva son los ejes centrales.

Formalización barata: Créditos accesibles, reducción de impuestos del 7% para informales, “un solo tributo”.

Minería como eje central: Para atraer dólares y expandir demanda de empleo.

Optimización del Estado: Congelar empresas públicas en déficit y reducir ministerios.

El plan contra la migración: Retención de talento y recuperación de divisas.

“Crédito Joven”: Capital semilla para bachilleres emprendedores o que busquen capacitarse.

Fondo de estabilización del dólar: Incentivos para bancarizar los $us 9.600 millones del “colchón bank”.

Recuperación de capitales: Incentivos tributarios para repatriar los $us 7.000 millones que bolivianos tienen en el exterior.

Entre líneas:

Las mujeres representan el 52% de los pobres multidimensionales y enfrentan mayor subempleo.

El sector informal actúa como “amortiguador de choques” en la economía, pero sin beneficios sociales ni laborales para los trabajadores.

Qué sigue: La implementación de estas propuestas requerirá no sólo voluntad política, sino también capacidad de forjar acuerdos en un Congreso pluralista, dada la urgencia económica del país.