Perú: el país que crece en medio del caos político
Lo esencial: El Congreso peruano destituyó a Dina Boluarte el 10 de octubre y designó a José Jerí Oré como presidente interino, desatando protestas masivas mientras la economía del país mantiene un crecimiento del 3,2%.
Por qué importa: La paradoja peruana expone una desconexión entre el colapso institucional y la resiliencia económica, revelando que el modelo macroeconómico opera al margen del caos político.
El problema de fondo: El Estado peruano está minado por la corrupción, la infiltración del crimen organizado y la expansión de la minería ilegal, mientras el Congreso impulsa leyes que debilitan la capacidad investigativa de la Policía y la Fiscalía.
Los hechos: La crisis política escaló tras la destitución de Boluarte.
- El ataque armado contra la banda Agua Marina en Lima simbolizó el colapso de la autoridad.
- Jerí Oré, de 38 años, prometió conducir una transición hasta las elecciones de 2026.
- El 15 de octubre, miles de jóvenes salieron a las calles en Lima, Piura y Puno, exigiendo la renuncia de José Jerí Oré y el cierre del Congreso.
- Las manifestaciones dejaron un muerto y más de cien heridos según la Defensoría del Pueblo.
Los números: La economía peruana muestra indicadores sólidos pese al caos.
- El PIB creció 3,2% interanual en agosto.
- Las proyecciones para 2025 se mantienen en torno al 3%.
- El sol peruano se ha apreciado frente al dólar.
Qué dicen: Analistas coinciden en la esquizofrenia del sistema peruano.
- “El Perú vive una esquizofrenia política”, resume el politólogo Alberto Vergara.
- “Mientras la economía avanza por inercia, la legitimidad del sistema se desmorona”, añade Vergara.
- La socióloga Carmen González señala que la nueva ola de protestas “expresa un cambio generacional y un rechazo total a la vieja clase política”.
Entre líneas: El Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), creado para regular la actividad artesanal, se ha convertido en una herramienta que otorga impunidad a redes criminales vinculadas al Tren de Aragua y el Comando Vermelho, según analistas.
La conclusión: Perú avanza en una cuerda floja: un país donde la economía resiste, pero la política amenaza con hundirla.
