El Post

Lo esencial: Boliviana de Aviación (BoA) enfrenta una crisis operativa severa con solo 8 aviones funcionando de los 13 necesarios para su itinerario, afectando diariamente a 3.000 pasajeros con retrasos y cancelaciones.

La aerolínea arrastra pérdidas de 215 millones de bolivianos pese a ventas por Bs 2.261 millones entre enero y septiembre de 2024.

Por qué importa: La estatal opera sin liquidez inmediata debido al sistema de administración financiera que centraliza sus ingresos en la Cuenta Única del Tesoro, limitando su capacidad de respuesta operativa.

La crisis expone problemas estructurales del modelo de gestión aeronáutica nacional.

Deuda con proveedores alcanza los 37 millones de dólares.

50 millones de dólares en caja pero sin disponibilidad inmediata.

El problema de fondo: BoA vendió un itinerario diseñado para 13 aeronaves pese a no contar con esa disponibilidad. Cuando asumió el gerente Juan José Galvarro, solo 10 aviones estaban operativos y hacia finales de noviembre la cifra cayó a 8.

Los números: La situación financiera presenta una aparente contradicción entre altos ingresos y resultados negativos.

Ventas enero-septiembre 2024: 2.261 millones de bolivianos.

Pérdidas en el mismo período: 215 millones de bolivianos.

Saldo en caja: cerca de 50 millones de dólares (no disponibles).

Deuda con proveedores: 37 millones de dólares.

Pasajeros afectados diariamente: 3.000.

Las denuncias: El exgerente Mario Borda presentó varias denuncias contra su antecesor Ronald Casso por posible daño económico al Estado, siendo el caso más grave la venta de un Boeing 767-300ER.

Avión vendido en 7,4 millones tras inversión de 2,4 millones en mantenimiento.

Valor estimado real: entre 18 y 25 millones según Humberto Roca.

Un solo motor del avión supera los 8 millones según Borda.

Presunto “cambiazo” de carga en vuelos desde Miami.

Intento de compra de tren de aterrizaje por 9 millones (finalmente adquirido por 1,5 millones).

Deudas tributarias por pasajes vendidos en Argentina.

Personal con títulos presuntamente falsificados.

Entre líneas: La gerencia sostiene que la administración anterior a la de Mario Borda, a cargo de Ronald Casso, utilizó el dinero recaudado por BoA para otros fines, dejando a la aerolínea sin liquidez operativa pese a sus buenos niveles de venta.

Como empresa estratégica, BoA debe solicitar recursos al Ministerio de Economía para cada pago.

Sí, pero: Humberto Roca, empresario aeronáutico, sostiene que BoA nació con una lógica política antes que comercial, generando un modelo dependiente de decisiones ministeriales y sin autonomía para manejar sus recursos.

Entidades como la Dirección General de Aeronáutica Civil y Naabol siguen subordinadas a instancias políticas.

Para Roca, Bolivia no tendrá una aerolínea funcional a largo plazo si no se establece una política aeronáutica estatal clara que dé seguridad jurídica y permita fortalecer tanto a la aviación estatal como a la privada.

Qué sigue: Humberto Roca anunció la creación de una nueva aerolínea privada, Neo Sur, reflejando la creciente demanda de mayor competencia.

Los especialistas coinciden en que el país requiere reglas claras, seguridad jurídica y un enfoque orientado al pasajero para evitar que crisis como la actual se repitan.