Autogolpe
Foto: Archivo APG

A 18 meses del 26J, la narrativa de golpe es menos creíble que nunca

El Post

Lo esencial: A 18 meses del 26 de junio de 2024, cuando tanquetas ingresaron a la Plaza Murillo y chocaron contra el Palacio de Gobierno, la tesis de un golpe de Estado planificado es la explicación menos creíble (y hoy menos que nunca), de acuerdo a declaraciones de testigos e informes oficiales..

  • El excomandante Juan José Zúñiga, detenido desde ese día, reiteró ayer que fue “un show montado” por orden directa del presidente Luis Arce.
  • Un informe institucional del Senado descartó formalmente en octubre pasado que existiera un golpe o autogolpe

Por qué importa: 

  • Hasta la fecha no existe una explicación final oficial de los hechos del 26J, pero cada vez se desmorona más la narrativa inicial del Gobierno sobre un intento golpista.
  • Los procesos judiciales contra 21 militares y un civil continúan por alzamiento armado y terrorismo.

Los hechos del 26J: Alrededor del mediodía, unidades militares al mando de Zúñiga se movilizaron hacia La Paz con tanquetas y soldados armados.

  • Las tropas ingresaron a la Plaza Murillo donde están el Palacio de Gobierno y las sedes de los poderes del Estado.
  • Un vehículo blindado chocó contra una puerta del antiguo Palacio Quemado.
  • Arce denunció inmediatamente un “movimiento irregular” y nombró a José Wilson Sánchez como nuevo comandante.
  • Las tropas regresaron a sus cuarteles y Zúñiga fue detenido ese mismo día

Qué dice Zúñiga: En su declaración de este 3 de diciembre de 2025, el excomandante mantuvo su versión de que todo fue armado y ordenado por el Gobierno.

  • Afirma que Arce le ordenó mover los tanques “por si acaso” para mostrar apoyo militar ante amenazas del sector transporte.
  • Acusa a los ministros María Nela Prada, Edmundo Novillo y Eduardo del Castillo, además del asesor Hugo Moldiz, de planificar el evento.
  • Denuncia que era una “trampa” porque el Palacio estaba lleno de francotiradores y la plaza estaba despejada de policías.
  • Solicita la liberación de los soldados, alegando que sólo cumplieron órdenes.

Las contradicciones acumuladas: Múltiples elementos debilitan la narrativa del golpe según analistas y el propio informe del Senado.

  • No hubo toma de medios, control de aeropuertos ni estrategia de continuidad en el poder.
  • Militares movilizados declararon no conocer los objetivos de la operación.
  • La acción duró sólo unas horas y terminó con la detención inmediata de los mandos.
  • El informe del Senado determinó que no existió planificación para derrocar al Gobierno.

Los escenarios posibles: Analistas y legisladores identificaron cuatro explicaciones, siendo el golpe real la menos creíble según el consenso actual.

  • Golpe mal ejecutado: Descartado por falta de plan completo, corta duración y ausencia de respaldo político.
  • Insubordinación militar: Coincide con la conclusión del Senado y testimonios de soldados que desconocían objetivos.
  • Autogolpe fallido: Explicaría la naturaleza teatral y declaraciones de Zúñiga, pero carece de pruebas documentales.
  • Montaje que escala: Señales ambiguas mal interpretadas por Zúñiga, explicaría la torpeza y falta de coordinación.

Cronología de versiones: La narrativa oficial ha mutado significativamente en estos 18 meses.

  • 26 junio 2024: El Gobierno califica los hechos como “golpe de Estado frustrado”.
  • Marzo 2025: Oficiales como Iriarte y Sanjinés reciben sentencias abreviadas tras admitir culpabilidad.
  • Abril 2025: El Gobierno exhibe el documental “¿Qué pasó el 26J?” para refutar la tesis del montaje.
  • Mayo 2025: La Fiscalía presenta la acusación formal contra 21 militares y un civil.
  • 26 junio 2025: Zúñiga declara desde prisión que no hubo golpe, sino “narrativa falsa”.
  • Octubre 2025: El Senado aprueba un informe que descarta el golpe y el autogolpe.
  • 3 diciembre 2025: Zúñiga reitera que fue una “trampa” ordenada por Arce.

Qué sigue: 

  • Los procesos judiciales continuarán contra militares y civiles involucrados bajo cargos de “alzamiento armado” y “terrorismo”, aunque sin la calificación de golpe de Estado. 
  • Persisten vacíos de información ya que Zúñiga no declaró ante la comisión del Senado.
  • Las disputas de narrativa sobre el significado del 26J continuarán dividiendo a la política boliviana mientras no se transparenten completamente las piezas faltantes de información.

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