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Lo esencial: El país atraviesa una estanflación con el PIB en -2,4% y una inflación del 18%, reduciendo el poder adquisitivo de los bolivianos en 50% o más en los últimos 12 meses.

Se deben adoptar estrategias de protección financiera para familias, inversores y empresas ante esta “pesadilla perfecta” económica.

Por qué importa: La combinación de estancamiento productivo e inflación alta impacta directamente en el bolsillo de los bolivianos, con riesgo de crisis prolongada.

Las familias y empresas necesitan medidas concretas para proteger su economía y asegurar su supervivencia en este escenario crítico.

¿Qué es una estanflación? La estanflación se define como una fase económica crítica que se caracteriza, en general, por tres factores.

Inflación alta. Obedece a una creciente emisión monetaria sin el respaldo de un crecimiento de la producción, lo cual eleva los precios de bienes y servicios.

Crecimiento estancado. El conjunto de bienes y servicios en la economía se mantiene estable, sin visos de un aumento o con tendencia a mostrar cifras negativas o hacia abajo.

Desempleo. Disminuye, a causa del estancamiento, la demanda de fuerza laboral remunerada.

El problema de fondo: La estanflación boliviana combina recesión técnica (dos trimestres con PIB decreciente) con inflación acumulada superior al 18%, agravada por la escasez de divisas y el “corralito” no oficial que restringe el acceso al dólar norteamericano.

Esta coyuntura, denominada “monstruo de dos cabezas”, afecta tanto el consumo familiar como la capacidad productiva empresarial.

La solución para familias e inversores: Los expertos recomiendan una estrategia financiera eficiente y previsora con cuatro pilares fundamentales:

Liquidez y emergencia: Mantener ahorros en efectivo o inversiones de alto rendimiento como depósitos a plazo fijo para enfrentar subidas de costos sin recurrir a financiación cara.
Control presupuestario: Mantener presupuesto equilibrado y revisar financiación existente asegurando capacidad de pago si suben los tipos de interés.
Diversificación de inversiones: Incluir activos de refugio como oro y materias primas, además de una mezcla entre activos locales en moneda nacional y activos internacionales en dólares.
Múltiples ingresos: Buscar formas de generar ingresos pasivos o complementar el salario como freelancer ante el riesgo de aumento del desempleo.

La solución para empresas: El sector productivo enfrenta el agravante de falta de carburantes y escasez de dólares que restringen las importaciones necesarias. Las estrategias clave incluyen:

Eficiencia y valor añadido: Mantener costos controlados y asegurar que productos o servicios generen valor importante para reducir precios o absorber costos elevados.

Diversificación de mercados: Buscar diversificación de ingresos en términos de clientes, regiones o países ante la menor competitividad de exportaciones por costos elevados.

Reactivación inteligente: Según el economista Gonzalo Chávez, invertir en sectores que generen divisas como exportaciones, turismo y servicios digitales.

Entre líneas: El analista Fernando Romero subraya que el gobierno debe priorizar la solución urgente a los problemas de abastecimiento de carburantes y dólares para estabilizar la economía.

La implementación de políticas económicas de reajuste o shock es indispensable para evitar una crisis más profunda y prolongada.

Qué sigue: La superación de la crisis productiva dependerá de medidas económicas estructurales a nivel nacional, incluyendo apoyo al sector privado con reglas estables, simplificación de burocracia y financiamiento competitivo para la reforma estructural.